HISTORIA DEL PARTIDO LIBERAL
En una época como la actual donde hay tan poco tiempo para la lectura, era necesario tener compilada, en muy pocas páginas, la historia de nuestro Partido, para que todas y todos, especialmente lo(a)s jóvenes, aprendan cuales han sido los aciertos y los errores, los triunfos y los fracasos de la colectividad Liberal y esa es la labor que el historiador y Veedor del Liberalismo, Dr. Rodrigo Llano Isaza, ha concluido con muy buena fortuna.
INTRODUCCIÓN
"El Partido Liberal triunfará más tarde o más temprano a despecho de los apóstatas que lo han traicionado por cobardía o por conveniencia. Entonces sabrá hacer distinción entre los que le hayan quedado fieles y los que cobardemente le hayan vuelto la espalda. Aguardemos y esperemos, solía decir el célebre Alejandro Dumas". Así se expresaba el Presidente Juan José Nieto en su autodefensa de 1855, numeral 43, cuando era acusado por participar con los artesanos del golpe de Melo. Frase esta que hoy conserva su vigencia.
El Partido Liberal Colombiano es un patrimonio de la historia de esta patria grande y sufrida que no va a desaparecer mientras haya un solo joven que la defienda y levante con orgullo su bandera y sus principios. No es fácil comprimir 161 años del Partido político alrededor del cual se ha hecho la historia de Colombia, unos para luchar por él y otros para atacarlo, pero teniendo siempre como eje al Liberalismo5, pudiendo decir, sin lugar a equivocaciones, que los momentos de mayor gloria de Colombia se le deben al Partido Liberal y sus malos momentos a los tiempos de decadencia de nuestra colectividad.
FUNDACIÓN DEL PARTIDO LIBERAL COLOMBIANO
Quede claro, de una vez, que sentimiento Liberal ha habido siempre, pero Partido político como tal, en nuestra nación, el Partido Liberal es el que fundó Ezequiel Rojas.
En una célebre conferencia dictada por el expresidente Alfonso López Michelsen, controvertida como la que más, pero ese era el estilo del notable dirigente Liberal, en la Casa-Museo del General Francisco de Paula Santander, en el mes de febrero de 2003, López afirmaba que el origen del Liberalismo estaba en la comunidad de los Dominicos y que los Capuchinos eran el fundamento del Partido conservador, errada apreciación en mi concepto, porque si alguna comunidad fue retrógrada, en el puro sentido de la palabra, esa fue la de los Dominicos, que en la vieja Santafé, capital del Nuevo Reino de Granada, pretendieron acusar ante el Tribunal de la “santa” inquisición al sabio naturalista gaditano don José Celestino Mutis y Bossio, por el crimen de enseñar que la tierra giraba alrededor del sol; si bien es cierto que defendieron los derechos de los indígenas americanos ante el avance y los atropellos que causaban las hordas conquistadoras, también es muy cierto que quisieron imponer a como diera lugar la religión de Cristo, que destruyeron los templos de las deidades autóctonas, que persiguieron a los que no les rendían pleitesía y se sometían al poder de la Biblia y las sotanas, en lo cual fueron implacables; razones por las cuales descarto esta tesis, así provenga del ilustre expresidente.
Siempre hemos estado divididos, en la colonia éramos criollos y chapetones; al finalizar el siglo XVIII, fuimos comuneros y virreinales; a la hora de la revolución: patriotas y regentistas; en la primera república nos dividimos entre carracos y pateadores, primero, y entre centralistas y federalistas, después; al comenzar la independencia, civilistas y militaristas, para transformarnos en santanderistas y bolivarianos y, un poco después, en casacas (o ministeriales) y antiministeriales, que se transformaron en los actuales Liberales y conservadores.
El 16 de julio de 1848, en el periódico bogotano El Aviso, No. 26, apareció un artículo de Ezequiel Rojas, llamado “La Razón de mi Voto”, en el cual el intelectual boyacense explicaba por qué él y sus seguidores votarían por el General José Hilario López en la elección presidencial de 1849. En este artículo, Rojas expresaba qué quería el Liberalismo y fijaba una serie de principios que aún hoy están vigentes.
José Ezequiel Rojas Ramírez nació en Miraflores11, hoy provincia de Lengupá, departamento de Boyacá, el 13 de septiembre de 1803; hijo de Francisco Javier de Rojas y Manuela Ramírez, emparentada ésta con el General Francisco de Paula Santander y con el después Presidente de Colombia José Eusebio Otálora; muerto su padre, su madre contrajo nuevas nupcias con el excapitán comunero y firmante de la constitución de Tunja de 1811, Roque Lesmes; Tuvo dos hermanos Eleuterio y Concepción; comenzó estudios en el colegio San Bartolomé y culminó su carrera de Abogado en la Universidad Central; escribió en el periódico El Conductor y fue elegido a la Convención de Ocaña donde los bolivarianos no lo dejaron actuar porque al momento de ser elegido no tenía la edad de 25 años, pero se quedó todo el tiempo acompañando al General Santander: hizo parte de la logia Gran Oriente Granadino y fue conspirador contra Bolívar la noche septembrina, por lo que fue desterrado a Europa, donde viajó por varios países y en Francia conversó con Juan Bautista Say; al saber del nombramiento como Presidente de don Joaquín Mosquera, decidió regresar al país, entró por Santa Marta y se escondió en la casa del Obispo Estévez, pero fue descubierto y expulsado a EEUU; su periplo político lo desarrollo básicamente en la Cámara de Representantes, a la que fue electo en 1832 y siguió siéndolo sin interrupción hasta 1870 cuando llegó al Senado y se le escogió como Designado a la Presidencia; contrajo matrimonio con doña Zoila Gaitán y tuvieron una hija, Josefina, quien en un viaje de la familia a Italia, se casó con el Conde Guillermo Alberti; Fue el principal difusor de las ideas de Bentham y Tracy, desarrolló el primer código penal de la nación y firmó en 1835 el primer acuerdo para construir un canal por el Istmo de Panamá; firmó el decreto que dio comienzo a las zonas francas industriales y comerciales en nuestro país; rechazó sus nombramientos a la Corte Suprema de Justicia y a la rectoría de la Universidad Nacional; promovió la ley de inmigración para facilitar la venida de extranjeros que enseñaran nuevas técnicas a los granadinos; con su proyecto de ley “Reformatorio de las orgánicas de Hacienda” se convirtió en el precursor de la Tesorería y la Contaduría nacionales; fue el primer presidente de la junta concordataria de esa gran pirámide que armó el boyacense Judas Tadeo Landínez, donde uno de los afectados fue el propio Rojas; Secretario de Hacienda12 de la Administración de José Hilario López, se retiró cuando el Congreso se negó a aprobarle una reforma fiscal; fue uno de los promotores del golpe contra Mosquera en 1867 y el que entabló una famosa polémica con Miguel Antonio Caro, en defensa de las ideas utilitaristas; falleció en Bogotá el 21 de agosto de 1873.
Ezequiel Rojas fue el filósofo de cabecera de los Radicales. Escribió: Asertos de economía política, Filosofía de la moral, El Dr. Ezequiel Rojas ante el tribunal de la historia, Teoría del crédito público y privado, Diferencia entre la teoría y la práctica del sistema representativo, Proyecto de constitución política para el Estado de Cundinamarca e Informe sobre orden público.
Sobre la fe de Ezequiel Rojas en el Liberalismo, escribió: “Desde aquellos tiempos me enrolé en el partido Liberal. Le he sido siempre fiel: jamás he desertado. He propagado su doctrina, he defendido su causa con mis armas y he contribuido a sus triunfos siempre que he tenido ocasión.....Siempre he creído que únicamente a la sombra de la libertad es que los hombres pueden ser felices y que las naciones pueden progresar y llegar a ser civilizadas. Esta ha sido y es mí convicción; por eso he sido y soy Liberal...”.
ORIGEN DE LA PALABRA LIBERAL
Desde los tiempos de Roma se utilizaba la voz “Liberalis”, que tenía relación con los oficios de la gente libre, lo que después se denominó “Artes Liberales”, para distinguirlos de los oficios que desempeñaban los esclavos que pasaron a llamarse “serviles”.
Con los años, la palabra “Liberal” llegó a tomar la acepción de generoso o desinteresado y como tal apareció en el “Tesoro de la Lengua Castellana” de 1611 e incluso, en una carta del Precursor de la independencia americana don Francisco de Miranda, expresó acerca de alguien que recomendaba: “es persona de mérito, confiable, puede tenérsele como amigo, es un Liberal”.
El concepto liberal nació en la Asamblea francesa el 4 de agosto de 1789 con la publicación de los “derechos del hombre y el ciudadano”. Pero fue en el Diccionario Crítico Burlesco publicado por Bartolomé José Gallardo en 1812, donde se definieron las ideas Liberales como aquellas que propenden por el amor y la posesión de la libertad, además de extender su benéfica influencia a toda la sociedad. Y, políticamente, fue en las Cortes de Cádiz de 1810 a 1813, donde el término Liberal se utilizó para denominar a quienes abogaban por la libertad y a sus contrarios los denominaron serviles o godos.
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